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jueves, 9 de junio de 2016

La Inteligencia española destapa la existencia de una trama de espionaje castrista, según informes de prensa




Los servicios de inteligencia de España se han visto obligados a desvelar la existencia de una activa red de espionaje cubano en el país para evitar que uno de sus "colaboradores" consiguiera la nacionalidad española, según informa el periódico vasco El Correo.
De acuerdo con este medio, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ha tenido que facilitar todo tipo de datos sobre esta trama ante la Audiencia Nacional para vetar la naturalización del individuo.
La trama existe desde hace más de una década y extiende sus tentáculos entre Valencia y Barcelona. La red llegó a recopilar información "tanto personal como profesional" de políticos españoles, asegura el periódico.
La Audiencia Nacional confirmó en una resolución la negativa a nacionalizar al empresario cubano de 39 años, afincado en Valencia, a pesar de que el hombre es residente en España desde 2000, tiempo suficiente para otorgarle la ciudadanía.
Para justificar su decisión, la sala hace público buena parte del informe del CNI —fechado el 3 de marzo de 2015— que afirma que el cubano es un "estrecho colaborador" del espionaje castrista.
Desde el 2000 el empresario, identificado con las iniciales de su nombre (D. Y. S. F.) por el diario El Mundo, ha dirigido un entramado empresarial de varias compañías vinculadas con agencias de viajes, asesoría jurídica y trámites documentales.
El informe afirma que el empresario ha recibido formación en contrainteligencia en la escuela de la Dirección General de Contrainteligencia (DGCI) cubana Hermanos Tamayo.
El informe del CNI asegura además que, en el año 2005, el empresario "solicitó a un periodista español cercano a él la elaboración de perfiles de políticos españoles de la Generalitat (gobierno regional) valenciana responsables de áreas de interés para los propósitos de la inteligencia cubana".
"Su objetivo era, tal y como él mismo manifestó, pasar esos informes a oficiales de inteligencia cubanos destacados en el consulado de Cuba en Barcelona al objeto de que utilizaran esa información en beneficio del país caribeño y en su estrategia de obtención de financiación para proyectos cubanos en España que posibilitaran la realización de acciones de influencia", dice el informe.
El dossier del CNI concluye que "él mismo ha manifestado en diferentes círculos que colabora con los Servicios de Inteligencia cubanos, y varios miembros de la Dirección General de Inteligencia (DGI) cubana le señalan como estrecho colaborador de estos".

El CNI desvela que un cubano compró datos privados de políticos españoles

rimero fue el Ministerio de Justicia el que le dijo no a su solicitud de nacionalidad española. Ahora, ha sido la Audiencia Nacional la que ha ratificado la negativa a la petición de este ciudadano cubano. En ambos casos, la motivación ha sido la misma: «Por razones de seguridad nacional». Pero ahora, en la sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo se aportan datos para avalar esta decisión. Se trata de un informe del Centro Nacional de Inteligencia sobre el solicitante que ha sido determinante para que España le niegue la nacionalidad.
«Se informa que D. Y. S. F. reside en España desde el año 2000. Desde entonces ha dirigido un entramado empresarial de varias empresas vinculadas con agencias de viajes, asesoría jurídica y trámites documentales, relacionadas todas ellas directa o indirectamente con Cuba», indica el escrito del servicio de inteligencia español.
Según el texto, el solicitante de la nacionalidad española «ha recibido formación en Contrainteligencia en la escuela de la Dirección General de Contrainteligencia (DGCI) Cubana Hermanos Tamayo, en la que coincidió con el hijo del actual ministro del Interior cubano. Aunque en estos momentos no es personal activo del MININT [Ministerio del Interior] cubano, colabora con éste a favor de intereses cubanos».
El CNI destaca que en 2005 este ciudadano cubano «solicitó a un periodista español cercano a él la elaboración de perfiles de políticos españoles de la Generalitat Valenciana responsables de áreas de interés para los propósitos de la Inteligencia cubana (inmigración y solidaridad). Su objetivo era, tal y como él mismo manifestó, pasar esos informes a oficiales de Inteligencia cubanos destacados en el Consulado de Cuba en Barcelona, además de enviarlos a Cuba, al objeto de que utilizaran esa información en beneficio de Cuba y en su estrategia de obtención de financiación para proyectos cubanos en España que posibilitaran la realización de acciones de influencia».
En el relato incluido en la sentencia, el Centro Nacional de Inteligencia detalla que la relación entre el solicitante cubano y el periodista «se mantuvo durante varios meses, obteniendo durante este periodo (a cambio de una remuneración económica) información privada, tanto personal como profesional, sobre políticos de instituciones españolas».
El CNI alertó también a la Abogacía del Estado de que «desde su llegada a España y hasta la actualidad mantiene estrechas relaciones con miembros del despliegue diplomático vinculados al Servicio de Inteligencia cubano. Él mismo ha manifestado en diferentes círculos que colabora con los Servicios de Inteligencia cubanos, y varios miembros de la Dirección General de Inteligencia cubana le señalan como estrecho colaborador», resume el informe del CNI.
Con base en estos informes, la Audiencia Nacional corrobora la decisión del Ministerio de Justicia y opta por negar la nacionalidad a D. Y. S. F. El juez entiende que el informe del CNI «es lo suficientemente expresivo respecto de las vinculaciones que dice mantener el recurrente con el aparato estatal de Inteligencia de la República de Cuba y al servicio de los intereses cubanos». Añade la sentencia: «El grado de colaboración del demandante con los servicios del aparato estatal de inteligencia de la República de Cuba en favor de los intereses cubanos no resulta compatible con la adquisición de la nacionalidad española por razones de interés nacional».

El CNI desvela la existencia de una red de espionaje cubano en España

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) se ha visto obligado a desvelar la existencia de una activa red de espionaje cubano en España para evitar que uno de sus «colaboradores» consiguiera la nacionalidad española. El CNI ha tenido que facilitar todo tipo de datos sobre esta trama, que existe desde hace más de una década y que extiende sus tentáculos entre Valencia y Barcelona, ante la Audiencia Nacional a fin de conseguir que los jueces vetaran la naturalización de este empresario y que éste no pudiera alegar indefensión, tal y como venía haciendo. La red llegó a recopilar información «tanto personal como profesional» de políticos españoles.
El documento, que –por primera vez y de forma oficial– constata la existencia de un entramado de espionaje castrista en España, es una sentencia de la Audiencia Nacional de abril, a la que ha tenido acceso este periódico, y que acaba de ser notificada a los servicios jurídicos del Estado. La Abogacía representó al Ministerio de Justicia y al CNI en este proceso en su empeño por negar la ciudadanía a este empresario asentado en Valencia por considerarlo un «riesgo a la seguridad del Estado».
En esa resolución, la Audiencia Nacional da la razón a la Administración y confirma la negativa a nacionalizar al empresario cubano de 39 años, afincado en Valencia, a pesar de que el extranjero es residente en España desde 2000, tiempo suficiente para otorgarle la ciudadanía. Para justificar su decisión, la sala hace público buena parte de un informe del CNI fechado el 3 de marzo de 2015 que afirma que el cubano es un «estrecho colaborador» del espionaje castrista.
Contrainteligencia
El CNI no escatima en datos en su informe. «XXX (su identidad se omite voluntariamente por este periódico) reside en España desde el año 2000. Desde entonces ha dirigido un entramado empresarial de varias empresas vinculadas con agencias de viajes, asesoría jurídica y trámites documentales, relacionadas todas ellas directa o indirectamente con Cuba», dice el informe. «XXX –desvela el CNI– ha recibido formación en contrainteligencia en la escuela de la Dirección General de Contrainteligencia (DGCI) cubana Hermanos Tamayo», uno de los principales centros de espionaje de la isla.
Explica el Centro Nacional de Inteligencia que, en el año 2005, XXX «solicitó a un periodista español cercano a él la elaboración de perfiles de políticos españoles de la Generalitat valenciana responsables de áreas de interés para los propósitos de la inteligencia cubana». Los fragmentos reproducidos en la sentencia no revelan qué altos cargos del Gobierno de Francisco Camps fueron objeto de seguimiento.
«Su objetivo era, tal y como él mismo manifestó, pasar esos informes a oficiales de inteligencia cubanos destacados en el consulado de Cuba en Barcelona al objeto de que utilizaran esa información en beneficio del país caribeño y en su estrategia de obtención de financiación para proyectos cubanos en España que posibilitaran la realización de acciones de influencia». El dossier del CNI concluye que «él mismo ha manifestado en diferentes círculos que colabora con los Servicios de Inteligencia cubanos, y varios miembros de la Dirección General de Inteligencia (DGI) cubana le señalan como estrecho colaborador de éstos».