Con razón el Gobierno y la Generalitat de Cataluña han redoblado en los últimos días los mensajes para que las caravanas solidarias no emprendan nuevos viajes por los países del Sahel africano. La situación de seguridad en la región y en el sur del Magreb a cuenta de la omnipresencia de Al Qaida ha empeorado de manera notable en los cinco últimos meses y, aun más, en las últimas dos semanas.
Sólo diez días antes de que Albert Vilalta y Roque Pascual fueran liberados, los servicios de Inteligencia (CNI) y diplomáticos españoles en el norte de África advirtieron al Ministerio de Asuntos Exteriores de que Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) prepara desde marzo una ofensiva de gran envergadura para secuestrar a cualquier occidental preferentemente en Mauritania, Mali y Níger, y en menor medida en Burkina Faso y Argelia.
Los terroristas, según los informes remitidos este mismo mes por las 'antenas' de Defensa y de los países 'amigos', llegaron a acuerdos la pasada primavera con delincuentes comunes para que como ocurrió en el caso de los cooperantes catalanes, sean éstos los que se encarguen, a cambio de dinero, de descubrir donde hay extranjeros para ponérselos en el bandeja a los activistas del AQMI. En el caso de los voluntarios de Barcelona Acción Solidaria, ese trabajo corrió a cargo 'Omar Saharaui' que organizó la emboscada y la captura, y después vendió a sus rehenes por 15.000 dólares a los terroristas islamistas, según se estableció en el juicio al mercenario celebrado en Mauritania.Responsables de la seguridad del Estado desvelaron que estos nuevos y alarmantes datos recopilados por el CNI, que se basan también en informaciones de los servicios secretos galos, están detrás de las nuevas alertas que el Ministerio de de Asuntos Exteriores incorporó a su página web los pasados 13, 16 y 23 de agosto para todos los españoles que planeen viajar a Mauritania, Mali y Níger, unos desplazamiento que el Gobierno desaconseja vivamente, aunque sean sólo a las capitales de esos países, Nuakchott ,Bamako y Niamey, pues también allí ha crecido la presencia de informadores de los terroristas. El departamento que dirige Miguel Ángel Moratinos, que insiste hasta la saciedad de que ningún español (cooperante, turista u hombre de negocios) debería poner un pie en esos tres países, prefiere no andarse con rodeos tras el secuestro de los barceloneses y ha reproducido casi textualmente en sus alertas los avisos de los servicios secretos: "según fuentes muy bien informadas, los grupos terroristas que están operando en el Sahel proyectan llevar a cabo la ejecución de otros secuestros en dicha región contra ciudadanos occidentales". "Con tal objetivo, desde el 26 de marzo de este año, dichos grupos terroristas han intensificado su potencial relación con los traficantes y suministradores de armas, para localizar en esa región a posibles futuras víctimas", apostilla Exteriores, citando al CNI, en el espacio dedicado a Mauritania.
Y luego insiste en que "se ha iniciado una activación de los movimientos de los terroristas, en relación con esos proyectos de secuestros de nacionales de países occidentales". Un "inicio de actividades" que, aunque Exteriores no sitúa en el tiempo, el CNI asegura que se produjo a "comienzos de abril".
Segou
Los análisis del Centro Nacional de Inteligencia y de Exteriores sitúan a Mali en casi la misma situación de peligro que Mauritania.
Los servicios españoles, que en ese país trabajan codo a codo con los franceses, informaron a Exteriores a mediados de agosto que sus colegas galos habían descubierto a principios de este mes un plan fallido para llevar a cabo secuestros de occidentales en la tercera ciudad maliense, Segou, uno de los principales centros turísticos de la zona.
Tras estos informes, que hicieron que la embajada francesa emitiera el 12 y el 13 de agosto dos notas de alerta, el Ministerio de Exteriores español incorporó el 16 de agosto nuevas advertencias a los viajeros en las que "recomienda encarecidamente a todos los españoles, residentes o no, extremar al máximo la vigilancia y las precauciones", sobre todo los que estén en Segou. Todo ello al margen de que desde 2008, el Gobierno ya advertía en que las regiones de Tombouctou, Gao y Kidal (en esta última estuvieron secuestrados los cooperantes) "vienen siendo utilizadas por grupos terroristas ligados a AQMI para sus operaciones en el Sahel" y que el riesgo allí es "muy elevado".
La última alerta seria del CNI es sobre Níger y es aún más reciente, de esta misma semana, y Exteriores se hizo eco de ella el pasado lunes. "Existen serios riesgos de seguridad por posibles actuaciones del grupo terrorista Al Qaeda en el Magreb Islámico, especialmente en la zona fronteriza con Malí", apuntan los informes del departamento que dirige Moratinos, que también recuerdan que la semana pasada "fueron evacuados los ciudadanos occidentales de la región de Maradi, Zinder y Tahoua, ante nuevas alertas de riesgo de secuestros por elementos de AQMI en la zona".
De acuerdo con los informes de los servicios secretos y Exteriores, la situación es muy complicada, aunque no extrema, en Argelia y Burkina. En el caso argelino, los datos sobre posibles acciones contra occidentales se remontan a principios de julio. El 2 de julio, Exteriores, siempre haciéndose eco de las informaciones del CNI y de servicios aliados, alertó de que "según fuentes conocedoras de la situación, los grupos terroristas que operan en la zona del Sahel y el sur de Argelia proyectan secuestros de ciudadanos occidentales en colaboración con traficantes de armas y contrabandistas", en particular en la zonas de Tamanrasset y Djanet, cercanas a las fronteras de Mali y Níger.
Sobre Burkina Faso los avisos son igualmente de principios de julio. Existe "gran riesgo" de secuestro de occidentales en ese país en localidades como Ouahigouya, Djibo, Dori, y en particular en las fronteras con Mali y Níger, apunta el Ministerio de Asuntos Exteriores en sus renovadas advertencias.