El CNI blindó los teléfonos de Antonio Camacho tras ser espiado por sus propios policías
PARA EVITAR QUE SUS LLAMADAS FUERAN 'PINCHADAS' COMO OCURRIÓ EN EL 'CASO FAISÁN'
Madrid.- Le pilló de improviso y se sintió vigilado, seguido..., espiado. El secretario de Estado para la Seguridad, Antonio Camacho, no sabía que su teléfono había estado en el punto de mira de sus propios subordinados, de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que trabajan en la Comisaría General de Información.
Como les pasa últimamente a todos los políticos españoles, se enteró por los medios de comunicación, conoció por la prensa que en los informes de la Policía aportados a Garzón en el caso del presunto chivatazo al dueño del bar Faisán aparecía su número de teléfono móvil.
Garzón lo sabía, conocía desde el minuto uno que entre los miles de números que llegaron a su juzgado, también estaba el del responsable de la Policía y la Guardia Civil. Pero no le dijo nada. No le comentó nada de nada en los frecuentes contactos privados que ambos mantuvieron, mientras Garzón manejaba la dirección del sumario del chivatazo. Los policías sólo incluían el número, pero no la identidad. Tampoco figuraba ningún tipo de relación extraña en aquellas fechas entre ese número móvil y los de los implicados, pero Camacho se sintió indignado con la actuación de los suyos, que en más de una ocasión calificó de desleal. Hay quien sostiene que, incluso, se llegó a plantear dimitir, pero optó por esperar para comprobar cómo evolucionaba la investigación del caso.
Lo que sí se produjo acto seguido (era principios del año 2009) fue una intervención de los especialistas telefónicos del Centro Nacional de Inteligencia. ¿Cuál era su intención? Blindar aún más si se podía las telecomunicaciones del responsable de seguridad del Estado. Los agentes dispusieron dispositivos más modernos que evitan, incluso, que las llamadas de Camacho puedan ser detectadas aunque el espía esté a menos de 50 metros y con el polémico maletín. Ese maletín con tecnología de última generación que permite conocer las conversaciones en tiempo real de una persona, sea cual sea el número desde el que habla siempre y cuando esté en un radio cercano de un par de kilómetros.
En aquellas fechas, la sensación que se instaló en Interior en el CNI es que el número dos del ministerio había sido espiado. Y que esos espías podían, incluso, pertenecer a las Fuerzas de Seguridad del Estado. Finalmente fue la llegada del juez Ruz al juzgado la que puso en evidencia que los contactos de Camacho con los imputados por el 'caso del Faisán' tenían algo más de recorrido y ordenó que se investigaran sus movimientos telefónicos. Finalmente, atendiendo a los informes policiales, el instructor declinó tomar testimonio a Camacho, de momento.