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miércoles, 11 de enero de 2012

Código Ético del CNI. Sáenz de Santamaría ha activado la inmediata aprobación del texto, con dos líneas básicas: independencia política y blindaje anti filtraciones



Independencia política y discreción. Esos son los dos pilares básicos del Código Ético del CNI, cuyo borrador lleva un año olvidado en el despacho del director de los servicios de inteligencia españoles, y que ahora la vicepresidenta del Gobierno está decidida a sacarlo adelante cuanto antes.
El denominado Código Ético del CNI, que tenía que haber visto la luz hace ya un año, va a ser impulsado personalmente por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, para que esté aprobado en el menor plazo posible. Así lo confirman a El Confidencial Digital fuentes de los servicios de inteligencia.
Poco se sabía hasta ahora de esta nueva normativa interna que regirá, tanto para los analistas de ‘despacho’, como sobre todo para los agentes de la unidad operativa. Fuentes de la ‘Casa’ a las que ha tenido acceso ECD, concretan algunas líneas de cómo será ese código.
Uno de los puntos más llamativos es que el código exige la independencia política de todos los miembros del Centro. Como ya se dijo en estas páginas, el PP quiere configurar un CNI ‘despolitizado.
En ese sentido, en ámbitos del Partido Popular no se descarta que, en esta nueva etapa, se proceda a una ‘limpia’ en la actual plantilla.
Con la aplicación del código se busca acabar con el ‘amiguismo’ que existe en ciertos sectores del Centro, unos hacía una tendencia política y otros hacia su contraria.
Contra las filtraciones
El otro punto novedoso del nuevo reglamento es el que hace referencia a las filtraciones de información procedentes del Centro.
El nuevo Gobierno ha llegado al poder con la consigna de que el CNI “está para lo que está”. Cualquier filtración detectada será profundamente investigada, ya sea a partidos políticos, instituciones del Estado, empresas o medios de comunicación.
Otras fuentes cercanas al CNI afirman que la iniciativa de crear el Código Ético tuvo que ver, en su día, con la intención de impedir que volvieran a producirse situaciones como la que condujo al cese del anterior director, Alberto Saiz, nombrado en 2004 y que dimitió en 2009, cuando fue sustituido por Félix Sanz Roldán.
Su salida se produjo después de que directivos y agentes del Centro Nacional de Inteligencia le acusaran de haber utilizado medios y recursos del Centro para intereses particulares, y suministraron informaciones internas para demostrarlo.
Dudas sobre la operatividad

Trabajamos con el más absoluto respeto a la ley: nunca la conculcamos, nunca buscamos atajos”. Esas fueron las palabras del actual director del CNI, el general Félix Sanz Roldán, cuando anunció su propósito de elaborar un código ético para los agentes del servicio de inteligencia español.
El texto que se elaboró planteaba, según fuentes del Centro consultadas por El Confidencial Digital, dudas en cuanto a los efectos derivados de su aplicación: los agentes consideraban que podría afectar gravemente a su operatividad y a los métodos tradicionales de obtención de información.
Ante esas reticencias, la normativa ética se había quedado en un ‘limbo’ durante estos meses, olvidado en el cajón del director del CNI.
El nuevo Gobierno, y sobre todo, la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, quieren activarlo, aprobarlo y ponerlo en práctica.
Es “más que probable”, aseguran las fuentes a las que ha tenido acceso ECD, es que se hayan suavizado ciertos aspectos relacionados con las “normas operativas de trabajo de campo” que eviten, precisamente, esta “pérdida de eficacia operativa”.
“El CNI obtiene información por vías, en la mayoría de ocasiones, poco comunes. Para el resto ya está la Policía y la Guardia Civil y las demás unidades de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”, comentan a ECD agentes de la ‘Casa’.

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