Una cárcel clandestina que también funcionaba como centro de torturas de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por su sigla en inglés), fue descubierta este viernes en Rumania, cuando un grupo de periodistas de ese país visitó las instalaciones del recinto en el que supuestamente eran encarcelados los miembros del grupo Al-Qaeda.
Los medios locales reseñaron que los comunicadores trabajan en la agencia Associated Press (AP) y otros en la compañía de televisión alemana ARD.
Las personas por primera vez visitaron la antigua prisión secreta de la CIA, ubicada en el norte de Bucarest (Rumania). El nombre del recinto es “Luz resplandeciente” (Bright Light) y de acuerdo con exagentes de la CIA, que prefirieron mantenerse en el anonimato, allí eran encarcelados los miembros del grupo terrorista Al-Qaeda.
Según la investigación de los comunicadores, la prisión comenzó a funcionar en la primavera de 2003 tras la decisión de la CIA de trasladar a otro lugar a los presos desde la cárcel secreta en Polonia.
En 2006 los prisioneros fueron trasladados desde Bucarest a la prisión de Guantánamo, ubicada en Cuba. Se dice que entre los cautivos que estuvieron en el recinto se incluye el sospechoso del atentado terrorista del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, Sheikh Mohammed.
Antes los medios de comunicación difundían información acerca de la existencia de la citada prisión, pero no se disponía de información sobre la ubicación exacta en Rumania.
En el edificio, en el que fue implementada la prisión secreta, se encontraba la Oficina Nacional de Información Clasificada (ONIC) que Rumania recibía de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Unión Europea (UE).
Durante la entrevista a un alto funcionario de la ONIC, Adrian Camarasan, declaró que el sótano de la oficina era una de las instalaciones más secretas de la prisión, y precisó que los estadounidenses nunca visitaron dicha cárcel.
La fuente señala que el lugar era ideal para la instalación de la prisión secreta ya que los habitantes de la ciudad sabían que ahí había una institución del Estado rumano y nadie podía sospechar que ahí existía una prisión de ese tipo.
Añadieron que la prisión disponía de seis cámaras. En el transcurso del primer mes de su estancia en la citada cárcel, los prisioneros eran expuestos a torturas. Después el trato mejoraba. Se les proporcionaba atención médica, se les alimentaba en correspondencia a lo prescripto por el Islam.
En una serie de países europeos, incluidos Lituania, Polonia e Inglaterra, existían prisiones secretas de la CIA. Los sospechosos de terrorismo eran trasladados a la fuerza a esos países donde eran encarcelados y torturados. Las organizaciones de Defensa de los Derechos Humanos acusan a esos países de complicidad con la CIA.
Desde el 8 de junio de 2007, el Consejo Europeo confirmó la existencia de las cárceles secretas de la CIA, pero no ha logrado, hasta la fecha, claridad en cuanto a la cantidad de personas que estuvieron recluidas en estos centros de los que algunos también funcionaban como centros de torturas.
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