Aunque existen otros que son objeto de investigación, hay sobre todo tres elementos que llevan a los agentes de la lucha antiterrorista a mantener que la banda está en “fase de reorganización o rearme” y que, incluso, lo está acelerando ante la posible llegada del PP al poder.
Dos de ellos son las detenciones de Iñaki Domínguez Atxalandabaso, el pasado 17 de junio, y de Oier Ardanaz, realizada trece días después, el 30 de junio.
El tercero es la localización de tres ‘zulos’ cerca de la localidad francesa de Saint Jean Pied de Port, muy cerca de la frontera con Navarra. En tres bidones se encontraron 120 metros de cordón detonante, un temporizador con el anagrama de ETA, dos fusiles de asalto G-3, 20.000 dólares, munición para los fusiles, clorato y azufre.
La pista que condujo a la Guardia Civil a estos ‘zulos’ se encontraba en un ‘pen drive’ hallado en la casa de la letrada Arantza Zulueta cuando fue detenida en abril de 2010 por integrar la estructura H-Alboka, entramado de abogados que actuaba como enlace de ETA con los presos de la banda.
En el soporte informático figuraba “una ubicación geográfica de al menos tres depósitos pertenecientes” a ETA. Fueron sometidos durante tiempo a estrecha y discreta vigilancia “ero al ver que “nadie entraba”, los investigadores franceses y españoles concluyeron que la banda los “daba por quemados”.
Con estos son ya cinco los escondites localizados en 2011. Los dos anteriores fueron hallados en enero en Toulouse y Dramelay.
La prueba más contundente de que la banda está reorganizando su ‘aparato de logística’ fue la detención de Iñaki Domínguez Atxalandabaso, a quien las Fuerzas de Seguridadsituaban en Venezuela cuando en realidad se encontraba en Italia, concretamente en Turín, comprando material para confeccionar bombas y abastecer al subaparato de falsificación.
Veinte días antes de la declaración de ‘alto el fuego’, este último subaparato ya fue reforzado con el robo de 23.000 tarjetas de plástico en blanco, media docena de impresoras de alta definición y los correspondientes programas informáticos para confeccionar documentos de identidad, sobre todo carnés de conducir. El asalto se produjo en la empresa Impuls-France, en la localidad francesa de Bourg de Peage.
Cuando fue detenido, Iñaki Domínguez Atxalandabaso, de 35 años, llevaba en una maleta el material imprescindible para la confección de temporizadores y telemandos, así como tubos de neón ultravioleta para la elaboración de los documentos falsos que utilizan los terroristas.
Además de la captura de este destacado miembro del ‘aparato de logística’ y del hallazgo de los ‘zulos’, la detención de Oier Ardanaz también es un elemento que lleva a los investigadores a concluir que ETA sigue activa. Los agentes antiterroristas creen que el coche que estaba robando cuando fue arrestado -un segundo etarra logró huir- era para un transporte de material.
Dos de ellos son las detenciones de Iñaki Domínguez Atxalandabaso, el pasado 17 de junio, y de Oier Ardanaz, realizada trece días después, el 30 de junio.
El tercero es la localización de tres ‘zulos’ cerca de la localidad francesa de Saint Jean Pied de Port, muy cerca de la frontera con Navarra. En tres bidones se encontraron 120 metros de cordón detonante, un temporizador con el anagrama de ETA, dos fusiles de asalto G-3, 20.000 dólares, munición para los fusiles, clorato y azufre.
La pista que condujo a la Guardia Civil a estos ‘zulos’ se encontraba en un ‘pen drive’ hallado en la casa de la letrada Arantza Zulueta cuando fue detenida en abril de 2010 por integrar la estructura H-Alboka, entramado de abogados que actuaba como enlace de ETA con los presos de la banda.
En el soporte informático figuraba “una ubicación geográfica de al menos tres depósitos pertenecientes” a ETA. Fueron sometidos durante tiempo a estrecha y discreta vigilancia “ero al ver que “nadie entraba”, los investigadores franceses y españoles concluyeron que la banda los “daba por quemados”.
Con estos son ya cinco los escondites localizados en 2011. Los dos anteriores fueron hallados en enero en Toulouse y Dramelay.
La prueba más contundente de que la banda está reorganizando su ‘aparato de logística’ fue la detención de Iñaki Domínguez Atxalandabaso, a quien las Fuerzas de Seguridadsituaban en Venezuela cuando en realidad se encontraba en Italia, concretamente en Turín, comprando material para confeccionar bombas y abastecer al subaparato de falsificación.
Veinte días antes de la declaración de ‘alto el fuego’, este último subaparato ya fue reforzado con el robo de 23.000 tarjetas de plástico en blanco, media docena de impresoras de alta definición y los correspondientes programas informáticos para confeccionar documentos de identidad, sobre todo carnés de conducir. El asalto se produjo en la empresa Impuls-France, en la localidad francesa de Bourg de Peage.
Cuando fue detenido, Iñaki Domínguez Atxalandabaso, de 35 años, llevaba en una maleta el material imprescindible para la confección de temporizadores y telemandos, así como tubos de neón ultravioleta para la elaboración de los documentos falsos que utilizan los terroristas.
Además de la captura de este destacado miembro del ‘aparato de logística’ y del hallazgo de los ‘zulos’, la detención de Oier Ardanaz también es un elemento que lleva a los investigadores a concluir que ETA sigue activa. Los agentes antiterroristas creen que el coche que estaba robando cuando fue arrestado -un segundo etarra logró huir- era para un transporte de material.
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