La misión de los servicios de inteligencia "cada día es más difícil", ya que "los gobiernos, como toda la sociedad, exigen siempre más eficacia y conocer lo que quieren conocer en menos tiempo", y a las tradicionales amenazas para la seguridad se han sumado otras que les pillan "casi sin experiencia y sin capacidad de reacción".
Con esta sinceridad se ha expresado, esta mañana, el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el general Félix Sanz Roldán, durante la inauguración del II Congreso de Inteligencia, organizado por las universidades madrileñas Rey Juan Carlos y Carlos III, que reúne durante dos jornadas a medio centenar de expertos españoles y extranjeros.
"Nadie pensaba que hubiera que poner defensas para que los ciudadanos pudieran trabajar tranquilamente en zapatillas en casa con el Google", ha dicho Sanz, en alusión al ciberterrorismo, durante una de sus escasas intervenciones públicas.
Sanz ha anunciado que en 2011, por vez primera, la directiva nacional de inteligencia, que fija los objetivos del CNI, no la elaborará solo el servicio que él dirige, sino que incorporará las sugerencias de todos los organismos del Estado que requieren de sus informes. La aprobación definitiva de este documento corresponde a la Comisión Delegada de Asuntos de Inteligencia, que preside el vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.
El director del CNI ha insistido en que el principal servicio secreto español "no es un radical libre", sino que actúa siempre en el marco de la ley y bajo instrucciones del Gobierno y ha anunciado la próxima aprobación de un Código Ético de los espías; "el primero escrito y publicado de los que existen en el mundo".
Por su parte, Fernando Velasco, director de la Cátedra de Servicios de Inteligencia de la Universidad Rey Juan Carlos, ha asegurado que el conocimiento de estos servicios sigue siendo una asignatura pendiente de la sociedad española y que su intervención es decisiva para la resolución de cualquier conflicto.
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