Informe del Consejo Nacional de Inteligencia: en 2030 México puede ser potencia, ¿lo permitiremos?
El Consejo Nacional de Inteligencia (NIC) de la Oficina del Director Nacional de Inteligencia de Estados Unidos ha difundido un informe titulado “Global Trends 2030: Alternative Worlds”.
El informe, que aquí puede ser visto íntegramente, empieza citando al economista inglés John Maynard Keynes: “La idea de que el futuro sea diferente al presente es tan repugnante a nuestros modos tradicionales de pensamiento y comportamiento…”.
Se trata de un informe que, desde 1997, se difunde cada cuatro años, específicamente después de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Lo que se busca el documento es contribuir con la nueva administración en sus análisis de largo plazo relacionados con la seguridad nacional.
En el trabajo participan expertos de diversas disciplinas, no solo ligados al gobierno estadounidense, sino también de centros de investigación privados y aun de otros países.
Desde luego, no estamos hablando de predicciones, sino un simple análisis, simple pero honesto y objetivo, que tiene mucho valor por la seriedad con la que se realiza.
¿Cómo será el mundo en 2030? Multipolar, para empezar. Habrá una tendencia a los nacionalismos y el estado perderá fuerza frente al individuo.
Asia superará a Europa y a Estados Unidos en la mayoría de los indicadores económicos, como producto interior bruto, población, gastos militares e inversiones en tecnologías.
Ningún país tendrá un poder económico hegemónico.
Estados Unidos mantendrá sus niveles de desarrollo, pero continuará el declive de Rusia, Japón y Europa. Y como se ha dicho tantas veces, China será la principal economía mundial.
India continuará creciendo. Y otros países tienen todo para convertirse en potencias: Indonesia, Turquía, Vietnam, Irán… México.
México, sí. Desde hace meses se ha puesto de moda entre los analistas más respetados decir que nuestro país puede desarrollarse como nunca antes.
Ojalá no lo echemos a perder. Ojalá la política no destruya lo que se ha construido y que depende, sin duda, de las tan mencionadas reformas estructurales que, corriendo riesgos políticos enormes, no se cansaron de proponer en los tiempos electorales el actual presidente de México, Enrique Peña Nieto, y su principal operador para estos temas, Luis Videgaray.
Si hacemos a un lado las pasiones políticas y nos concentramos en lo que tenemos que hacer, disminuirá la pobreza en nuestro país, habrá mayores niveles de bienestar, crecerá la clase media.
¿Utopía? No lo creo.
Según el informe del Centro Nacional de Inteligencia, “una mayoría de la población mundial no será pobre”.
Si nos aplicamos, la sociedad mexicana estará en esa categoría después de siglos de atroz pobreza.
Problemas habrá, siempre los hay. Un riesgo mayor será que los estados terminarán por perder el monopolio de las tecnologías mortales, las que pueden provocar la perdida masiva de vidas humanas. Algunos individuos con recursos y habilidades podrán tener acceso a armas muy dañinas, inclusive biológicas.
Las redes sociales tendrán suficiente poder como cambiar decisiones de los estados. El poder que ya consideramos enorme de las tecnologías de la comunicación seguirá creciendo.
La población será cada día más vieja y en el 2030 habrá 8 mil 300 millones de personas, casi todas viviendo en ciudades.
Las principales tensiones sociales surgirán del crecimiento en la demanda de alimentos, agua y energía.
El cambio climático se acelerará, de tal forma que las áreas húmedas serán más húmedas y las secas más secas.
La economía global no se librará del fantasma de las crisis, ya que estas se presentarán todavía con mayor frecuencia.
En fin, en 2030 el mundo será lo que tenga que ser. Para mí, lo relevante del informe del Consejo Nacional de Inteligencia es que se ubica a México en el grupo de países con posibilidades de llegar a ser potencia.
Insisto, no lo echemos a perder.
El informe, que aquí puede ser visto íntegramente, empieza citando al economista inglés John Maynard Keynes: “La idea de que el futuro sea diferente al presente es tan repugnante a nuestros modos tradicionales de pensamiento y comportamiento…”.
Se trata de un informe que, desde 1997, se difunde cada cuatro años, específicamente después de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Lo que se busca el documento es contribuir con la nueva administración en sus análisis de largo plazo relacionados con la seguridad nacional.
En el trabajo participan expertos de diversas disciplinas, no solo ligados al gobierno estadounidense, sino también de centros de investigación privados y aun de otros países.
Desde luego, no estamos hablando de predicciones, sino un simple análisis, simple pero honesto y objetivo, que tiene mucho valor por la seriedad con la que se realiza.
¿Cómo será el mundo en 2030? Multipolar, para empezar. Habrá una tendencia a los nacionalismos y el estado perderá fuerza frente al individuo.
Asia superará a Europa y a Estados Unidos en la mayoría de los indicadores económicos, como producto interior bruto, población, gastos militares e inversiones en tecnologías.
Ningún país tendrá un poder económico hegemónico.
Estados Unidos mantendrá sus niveles de desarrollo, pero continuará el declive de Rusia, Japón y Europa. Y como se ha dicho tantas veces, China será la principal economía mundial.
India continuará creciendo. Y otros países tienen todo para convertirse en potencias: Indonesia, Turquía, Vietnam, Irán… México.
México, sí. Desde hace meses se ha puesto de moda entre los analistas más respetados decir que nuestro país puede desarrollarse como nunca antes.
Ojalá no lo echemos a perder. Ojalá la política no destruya lo que se ha construido y que depende, sin duda, de las tan mencionadas reformas estructurales que, corriendo riesgos políticos enormes, no se cansaron de proponer en los tiempos electorales el actual presidente de México, Enrique Peña Nieto, y su principal operador para estos temas, Luis Videgaray.
Si hacemos a un lado las pasiones políticas y nos concentramos en lo que tenemos que hacer, disminuirá la pobreza en nuestro país, habrá mayores niveles de bienestar, crecerá la clase media.
¿Utopía? No lo creo.
Según el informe del Centro Nacional de Inteligencia, “una mayoría de la población mundial no será pobre”.
Si nos aplicamos, la sociedad mexicana estará en esa categoría después de siglos de atroz pobreza.
Problemas habrá, siempre los hay. Un riesgo mayor será que los estados terminarán por perder el monopolio de las tecnologías mortales, las que pueden provocar la perdida masiva de vidas humanas. Algunos individuos con recursos y habilidades podrán tener acceso a armas muy dañinas, inclusive biológicas.
Las redes sociales tendrán suficiente poder como cambiar decisiones de los estados. El poder que ya consideramos enorme de las tecnologías de la comunicación seguirá creciendo.
La población será cada día más vieja y en el 2030 habrá 8 mil 300 millones de personas, casi todas viviendo en ciudades.
Las principales tensiones sociales surgirán del crecimiento en la demanda de alimentos, agua y energía.
El cambio climático se acelerará, de tal forma que las áreas húmedas serán más húmedas y las secas más secas.
La economía global no se librará del fantasma de las crisis, ya que estas se presentarán todavía con mayor frecuencia.
En fin, en 2030 el mundo será lo que tenga que ser. Para mí, lo relevante del informe del Consejo Nacional de Inteligencia es que se ubica a México en el grupo de países con posibilidades de llegar a ser potencia.
Insisto, no lo echemos a perder.
Jose Antonio Herrada
Analista Servicios de Inteligencia.